viernes, 9 de abril de 2010


Acaba el dia

y en el umbral de la noche,

se vislumbra el lejano sol del atardecer

esa tenue y calida luz

que amansa el espiritu,

que invita al merecido descanso,

preludio del ansiado sosiego

descanso ansiado del diario trasiego,

tras un devenir mundano

de inciertos deseos,

de vivencias inciertas,

que turban la ansiada paz

del hombre ,

de su existencia.

Reposada conciencia,

mecida en tremulas aguas,

seran sus sueños,su oleaje,

vendra el nuevo dia,

volveran sus ilusiones

y con ellas,

sus despertares.



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